Las primeras lluvias del mes de junio dejaron al descubierto la fragilidad de la carretera entre San José y Caldera.
La vía estuvo cerrada desde el miércoles 3 de junio a las 3:40 p. m.,
debido a un derrumbe en el tramo Atenas-Orotina. Este jueves, a las 9:45
p. m. fue reabierto el tránsito.
Roy Barrantes, de
la Unidad de Gestión y Evaluación de la Red Vial del Laboratorio
Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme), explicó que
los derrumbes en esa ruta podrían ser más frecuentes durante la época
lluviosa.
Según el experto, el corte vertical de los
taludes, la vibración de los autos y las lluvias son las principales
causas del problema.
Además, los taludes presentan
una condición llamada drenajes ácidos, lo cual los debilita y aumenta
el riesgo de caída de material sobre el asfalto.
“Es
un tema que podríamos ver de forma recurrente, que se siga dando e
incluso se podría acrecentar o agravar durante la época de lluvias”,
agregó Barrantes.
De acuerdo con el Lanamme, el recorrido entre el kilómetro 14 y el 50 es el más riesgoso.
El Consejo Nacional de Concesiones (CNC) manifestó que Globalvia debe
presentar un plan para arreglar los taludes y disminuir el riesgo de
derrumbes.
La propuesta tiene que estar lista, a más tardar, el 24 de julio, y debe incluir plazos y cronogramas de trabajo.
Carol Cordero, asesora de comunicación de Globalvia, dijo que la firma
no se referirá al tema “porque están concentrados en rehabilitar el
paso”.
Sin detalles. Mario
Calderón, director de la Policía de Tránsito, comentó este jueves que
había posibilidades de que la vía permaneciera cerrada hasta el sábado.
“Hablamos con gente de Globalvia y nos dijeron que no reabrirán la
carretera hoy (jueves 4 de junio) y posiblemente tampoco mañana (viernes
5)”, manifestó Calderón.
El funcionario declaró que la decisión se tomó por razones de seguridad, ya que la zona del derrumbe aún no es segura.
“Los ingenieros de ellos (Globalvia) dicen que no es segura la pared del talud como para reabrir el paso”, añadió.
Cobro de peaje. Pese a la interrupción del servicio, el cobro de peaje continúa.
No obstante, el contrato de concesión de esta obra establece, en el
capítulo ocho, artículo 8.1, la suspensión temporal del peaje por “caso
fortuito o fuerza mayor que impidan temporalmente prestar el servicio”.
El documento también indica que la administración puede, por razones de
interés público, suspender el cobro de peaje. Sin embargo, tras la
petición estaría obligado a indemnizar al concesionario para mantener el
equilibrio financiero del proyecto.
Desde el derrumbe, la empresa Globalvia no ha dado explicaciones sobre las causas y la solución definitiva.
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