Cuando pensamos en las consecuencias de una mala
disposición de los desechos, lo primero que viene a la mente de muchos
son los daños al medio ambiente. Sin embargo, vivir cerca de la basura,
ya sea en nuestras casas o comunidades, también es dañino para la
salud.
El problema va más allá de los olores
desagradables. Males respiratorios, daños en la piel, irritación en los
ojos, alergias y presencia de microorganismos que podrían transmitir
enfermedades, figuran entre las posibles secuelas de no administrar
adecuadamente estos residuos.
Un estudio
cubano realizado en 18 comunidades de la Isla, encontró que, en
poblados con un mal sistema de recolección, eran más comunes las
infecciones respiratorias agudas, los parásitos intestinales, la
diarrea, el dengue y la malaria.
“La basura es un
medio ideal para la atracción y reproducción de microorganismos que
pueden transmitir enfermedades. Aparte de moscas o cucarachas, que es lo
que podemos ver, también hay bacterias que no vemos y que pueden
provocar desde alergias hasta infecciones respiratorias o
gastrointestinales”, explicó la microbióloga María Laura González.
Impacto.
De acuerdo con el médico especialista en Salud Pública Bernardo
Esquivel, los daños dependen mucho del tipo de basura de la que estemos
hablando.
“La basura orgánica (residuos de alimentos) se asocia con males digestivos y también con alergias”, manifestó Esquivel.
“Hay basura más peligrosa, como los desechos de hospitales, o los
industriales. Estos deben tener toda una política de manipulación porque
las afectaciones para la salud son aún mayores. Por eso es que se
manejan en bolsas especiales”, añadió.
Para el
especialista, aunque la mayor responsabilidad recae en los gobiernos
locales, también podemos hacer mucho desde nuestros hogares: por
ejemplo, separar los desechos, sacar la basura todas las semanas y
limpiar y desinfectar la zona en la que normalmente está el basurero.
Daño a las emociones.
El hecho de vivir rodeados de basura no solo daña la salud física,
también la emocional. El estar rodeados de malos olores o de desorden
puede generar ansiedad o deprimir al individuo.
“No
solo es la basura de alrededor, es el desorden que lo acompaña. Esto
provoca que algunas personas puedan sentirse ansiosas y otras decaídas,
pero en general, estaríamos más tranquilos sin basura en el entorno”,
concluyó la psicóloga Saray Moreno.
La Nacional
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